viernes, 25 de septiembre de 2020
Montaña
Una sonata rápida
Que masca las teclas
Y que cruje el aire
Con chirridos infernales.
Son demonios alados,
Que confunden
E inquietan la calma.
Chupa almas.
Del otro lado
Y en otro tiempo
Mi abuelo,
Es un templo
Que poco a poco
Se desquebraja.
De este lado,
Una familia
Veladora de vida
Flama que se apaga con suavidad
Letanía que oscurece
Su cadencia y sinfonía,
Ese ritmo que termina,
Y que también
Sobre la muerte
Hay vida.
La hierba,
Los mosquitos,
Son la vida,
Y como la vida,
Se cuelan
Apenas imperceptibles,
Y en esa comparación,
La vida se subleva.
Quién dice:
Mi destino es la muerte-
Cómo podría,
Tomar la cuchara
Y saborear la sopa,
Reflexiono.
Ese crujir agudo
Que en la noche
Se vuelve cascada
Y agoniza
Mi paciencia.
Mastica la vida,
Con fauces de hierba
Y come y se arrastra
Cómo una rata
Buscando respuestas.
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