Todo sentimiento es poético, no todo poema es sentimental.

Hay que romper un poco con esa idea de formalizar los sentimientos.
Las palabras tienen la característica de ser impersonales, de hecho son artificiales. No soy cuidador de palabras, ni amante de ellas.
Por eso, cuaquier palabra que sea creada y movida por el sentimiento, es personal, chevere y verdadera.
Mientras se escriba con la pretensión de ejecutar un oficio, la palabra deja de tener entrañas.
No por eso se puede justificar la falta de seriedad en el expresar de la palabra, así sea dejada sobre un pedazo de servilleta.

Y los que se digan poetas son unos pendejos... No hay poetas, sólo poesía.

Todos, hacemos poesía.

domingo, 14 de marzo de 2010

Hablemos de mama

(Este poema tiene un significado muy especial, tan especial, que antes de ser escrito, ya estaba. Especial por su brillo propio, pero, cómo puede brillar si ni siquiera alumbra. Alumbra no por sus letras, sino que me hace brillar, me remueve y me hace sentirlo, sin aún escribirlo.)

Alumbradora
Polvo cegador
Luna llena
Que resplandece
Y siempre sueña.

Te quiero porque es de día
Porque el caramelo es dulce
Flor de espuma
Burbuja
Círculo de agua
Ciruela mía.

Oro en silencio
Y te quiero
Pedacito de tortilla
Corazón de bistec,
Me quieres
Que es lo mismo,
Silencio de bebe.

Hablemos de mama
De los volcanes
Del fuego
Del cielo
De nacimiento y muerte,
Luego cantemos
Muralla infinita
Leche tibia
Cama de tela
Arrullo
Ladrillos de mi escuela.

Hablemos de mama
Entonces de creer
De tener fe
De llorar
De no se qué
Pero llorar y nadar.

Digamos su nombre
Que no es reina
Ni virgen
Ni estela,
Se llama abraso
Descanso
Como olor lánguido
De tierra mojada.

Forjémonos asuntos
Rebusquemos la vida
Crucemos las piernas
Y prendamonos lumbre,
Y de tanto en tanto
Ya cansados
Ya espantados
Ante la complicación
Levantemos la mirada.
Quiero hablar de mi madre.

Yo digo su angustia
Por que soy su angustia
Hecha carne,
Y ella no dice nada
Porque no recita
Ni es materia.
Es transparente.

Guardo sus dos ojos
Y su pelo de coral
En un cofre
Siempre abierto
Hecho cuerpo.

Hablemos de ti
De que te quiero tanto
Que lloro,
De que quiero el mundo,
Que amo,
De que juego con las flores
Y sus aguas,
De que acaricio a las bestias
Y me enamoro de la luna,
Y que amo con las manos
Que es lo mismo que quererte.

Te hablo a ti,
Mama de barro
De mi hermano,
Mientras te sientas
Junto a mí
Con tu desvelo
A cuidar mí sueño.

Te digo que no te olvido
Que me reinventas
Que me recreas
Con tus pechos místicos.

Ahora que abro los ojos
Y conozco a papa
A la familia “árbol verde”
A la abuela “reboso”
Tus huaraches y tus palabras,
Sin saber de quererte
Te amo, te respiro, te vivo.

Ahora que conozco al mundo,
Conozco el beso
Me besas
Y siento que es bueno.

Hoy que crezco
Que sé más de las cosas
Pero que menos comprendo de todo,
Te necesito igual
Que en ese primer beso
Cuando aun me sostenía
Aquel cordoncito de madera.

1 comentario:

  1. Mi estimado pepe, tus palabras me huelen a fogón trasnochado con cazuelita de café, a grasa de cocina impregnada en la piel de la vieja, simplemente a regreso al terruño, es hermoso viajar sin despegarse de su asiento, y mejor aún si es al pasado.
    Si como dice Deleuze, el escritor de verdad trabaja en los pliegues de la razón, pliegues, quizá, como olas, no cabe duda que me haz bañado.
    Por cierto, también encontré aquí a Nicolas Guillén y a Martí.
    Saludos del Pucho

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