Ni soy tan malo como creí
Ni soy tan bueno como pensaba
Y aunque vigilen los fantasmas
Desde niño ya jugaba,
Amaba esta cosa rara
Aquello extraño
Que mi mundo iluminaba
Y cantaba
No sé qué canciones
Que mi oído acostumbraba
Oír la voz de Dios que me arrullaba,
Gozaba la tierra en mis manos
En la maleza
Flor del canto tierna
Luna llena iluminada.
sábado, 23 de enero de 2010
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